''Tenemos que volver a la voluntariedad de la política''

21.05.2014 14:08
El partido Cilus (Ciudadanos Libres Unidos) no se siente sujeto a ninguna ideología. Tiene entre sus fundamentos básicos eliminar las subvenciones públicas a los partidos y propone acabar con todas aquellas que no van a revertir en el beneficio ciudadano. Resaltan la importancia de la democracia interna y plantean reducir el peso de la administración.
 
Quiénes son: Inmaculada Trugillo es la tercera candidata en lista a las europeas. José Antonio Pérez de la Serna es el sexto. Cilus se gestó durante el tercer congreso de Ciudadanos, y agrupa a exmilitantes de formaciones tan diversas como PSOE, PP y UPyD. “Nos dimos cuenta de que la ideología era un problema, no tiene nada que ver con la gestión. La democracia debe empezar desde dentro”. Encabeza la candidatura Félix de la Fuente. “Su currículum es el que más se adapta a un parlamentario europeo por su formación y experiencia. Empezó atendiendo inmigrantes españoles en Alemania en los 60 y 70, y ahí comenzó su andadura política”, comentan.
 
Cómo afrontan las europeas: “Nuestro principal interés es dar a conocer la importancia de los organismos y administraciones europeos. Nos guste o no, la Unión Europea es un hecho: una economía sostenible en un mundo globalizado se hace a través de bloques. El Parlamento está haciendo mella en cada país que lo conforma y por eso son elecciones que no se pueden dejar a un lado”.
 
Diferencias respecto al bipartidismo: “Queremos eliminar las subvenciones, dejando únicamente las que repercutan positivamente en el ciudadano, como en educación, sanidad o investigación. Nosotros sólo nos financiamos con lo que aportan afiliados y simpatizantes. Pusimos limitación en los cargos y creemos que la política debe ser un servicio al ciudadano, no una carrera. Tenemos que volver a la voluntariedad de la política como algo digno. El político debe ser un enlace entre la administración y el ciudadano”.
 
Posición respecto a:
 
Agricultura: “La PAC está diseñada de una forma muy intervencionista y se negocia con países terceros importaciones de productos en unas condiciones que no se permitirían a un país de la UE. Eso distorsiona el mercado. No se trata de traer ajos de China, sino consumir lo más cercano al consumidor”.
 
La administración europea: “Nos planteamos cómo optimizar los recursos. Cada país tiene una embajada, pero las decisiones importantes las lleva la UE. ¿Qué monto de gasto se podría ahorrar? Una embajada de Europa ante el mundo, sí sería razonable. Cada administración es un gasto extra de dinero y tiempo”.
 
La unión fiscal: “Que sea real. Que el BCE sea absolutamente transparente y democrático. Que empiece a publicar los índices de masa monetaria, cuántos euros hay en circulación. Que el BCE tome las decisiones, no los bancos de cada país”.
 
Educación: “Es imprescindible la homologación total de títulos, es un desbarajuste impresionante. La potenciación real de un idioma común. En FP estamos a un abismo del norte de la Unión, donde tiene una categoría que todo es perfectamente convalidable para acceder a la universidad”.
 
Qué le debe Málaga a Europa: “Es cierto que la Málaga de ahora no es la del comienzo de la UE. En todos los pueblos hemos visto los carteles de los Fondos Feder. Otra cosa es lo que hacen los políticos con esos fondos, que ahora se nos reclaman, y por eso eliminar subvenciones es acabar con mucha corrupción. También le debemos a nivel de legislación y normativas. Pero nada de esto es gratis, lo pagamos de una forma indirecta”.
 
Qué puede esperar Málaga de Europa: “Ya ha recibido mucho, pues es puntera en cuanto a relaciones con los países de la UE gracias a la ventaja que llevábamos como centro turístico. Pero Málaga necesita otras industrias por si el turismo decae. Tenemos muchos recursos.”

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